Arequipa es uno de los destinos culinarios más importantes de Perú. La Catalina, una pastelería de alta gama que ofrece un menú sofisticado mientras honra las tradiciones locales, se originó allí. Creamos una identidad visual que sirve como una pequeña degustación. 

La Catalina nació con la idea de ser un café que rescata lo mejor de la tradición culinaria de Arequipa al mismo tiempo que propone una oferta moderna y de alta calidad. El desafío en el proceso de branding fue encontrar una forma de converger la historia y las costumbres de Arequipa con la propuesta contemporánea de la pastelería fina. 

El sistema de marca que creamos fue el resultado de la modernización de algunos de los detalles más característicos de la Ciudad Blanca: los arcos que se encuentran alrededor de la plaza, el «sillar» o su famoso mirador de Yanahuara. La tipografía del logo imita sus formas de manera sofisticada, proporcionando un resultado moderno con un claro anclaje en la tradición de Arequipa. La propuesta de nombre sigue el mismo enfoque: está vinculada no solo a uno de los conventos más conocidos (Santa Catalina), sino también al uso del artículo antes del nombre, dándole gracia y un toque coloquial típico de la región.