Clementina se creó con el compromiso de ofrecer al mercado un yogur griego energético, alegre y de alta calidad. Al mismo tiempo, se convirtió en una plataforma para probar sabores, técnicas y diferentes formas de hacer y presentar yogur para una empresa establecida, con productos exitosos en el mercado.
Lo que la marca necesitaba era atraer a aquellos que aprecian el sabor y los beneficios de un yogur griego bien hecho. Clementina buscaba ser la opción perfecta para aquellos que querían probar algo nuevo y emocionante sin comprometer la calidad.
Por lo tanto, propusimos que Clementina fuera joven, fresca y juguetona. Así, sin sacrificar la calidad habitual de la marca, la asociamos con el concepto de una granja moderna: experimentada y, al mismo tiempo, abierta a la innovación.